Inspirados en la tecnología WiFi, unos ingenieros electrónicos han desarrollado una red de sensores inalámbricos, instalable en una sala, y potencialmente en una vivienda, que puede detectar si una persona se cae. Esta tecnología de vigilancia podría conectarse a un servicio que solicite ayuda de emergencia para los ancianos, sin que estos tengan que llevar puestos encima dispositivos de monitorización.